Papagayo se llama uno de los tesoros naturales de Lanzarote. A los pies de sus volcanes más antiguos, los Ajaches, al Sur de la isla y tras un páramo casi desértico, ahí está Papagayo. Una hilera de playas y calitas preciosas, salvajes, de arena dorada y aguas cristalinas flanqueadas por acantilados de antiguas coladas y el océano Atlántico a sus pies. Una riqueza insospechada.
Y están muy, muy cerca de Playa Blanca, la localidad turística del Sur, que cuenta con un puerto deportivo y uno comercial, una excelente oferta hotelera, de restauración y de ocio, así como un paseo marítimo de once kilómetros. Estas son, por orden desde la localidad turística, las distintas calas de Papagayo: Playa Mujeres, Caletón del Cobre, Caletón de San Marcial, Playa del Pozo, Playa de la Cera, Playa de Papagayo, Caleta del Congrio y Puerto Muelas. Playas ‘casi’ vírgenes que son uno de los mayores atractivos turísticos de Lanzarote.
En el ‘casi’ entra la red de pistas de tierra que llevan a cada una de las playas del Monumento Natural de Los Ajaches (1994). Además, un camping (gestionado por el Cabildo), un restaurante y un puesto de control de entrada que registra los vehículos que acceden al territorio protegido.
A su incalculable valor natural, paisajístico y turístico, se añade el lúdico-deportivo, con una red de senderos con diez rutas en el conjunto del parque y tres de ellas incluyen la zona de las playas (yaiza.es/rutas-de-interes). También acoge un yacimiento arqueológico, el de San Marcial del Rubicón, de enorme interés. Fue, en 1402, el primer enclave en Canarias de los europeos (normandos). Consta de cinco pozos, una planta de templo y una torre. Los últimos trabajos de excavación en la zona buscan ahondar más en el conocimiento de la población aborigen así como convertir el enclave en parque arqueológico y lograr la calificación de Bien de Interés Cultural.
Y suma a todo lo citado su alto valor geológico. Este macizo volcánico fue, junto con el Risco de Famara, la primera tierra emergida de la isla hace unos 15 millones de años. El frontal Sur-Sureste, muy erosionado, pudo alcanzar los 4.000 metros de altura. Asimismo, hay playas fósiles a varias alturas, dunas y diques, como la espectacular pared de roca que corona la cala de Papagayo, con unos once millones de años.
