Es una receta original y emblemática de ensalada, pero muchos chefs están interpretándola en otros formatos y con nuevas variantes e ingredientes
La ensalada Caprese es una receta fresca y encantadora originaria de la italiana isla de Capri, hecha con ingredientes sencillos que se juntan en una sinfonía armoniosa de sabores. Además, al igual que la pizza ‘Margherita’, tiene los colores de la bandera italiana: rojo, blanco y verde.
Muchos chefs y profesionales de la restauración han entendido tal sencillez en clave de oportunidad creativa y están creando versiones alternativas. La brocheta, por ejemplo, se presta muy bien y añade la facilidad de consumo en contextos como un cóctel. Más aún en formato mini.
Una de las variantes más sencillas es jugar con los ingredientes, añadiendo alguno como el jamón. En clave original debería ser prosciuto de Parma, pero aquí en España admite jamón ibérico, serrano e incluso paleta cocida. También permite juego la albahaca, cuya presencia se puede fortalecer añadiendo un aceite de oliva virgen extra macerado con hojas de esta planta aromática.
Los tomates pueden ser cherry y de distintos colores, para añadir vistosidad y diversidad de matices a la brocheta. Se pueden utilizar otras variantes de tomate, como el kumato o el raf, cortados a cuartos para que les entre mejor el aceite, o incorporar un aceto balsámico de Módena, que los buenos productos siempre suman.
Y se puede jugar con variantes como el tipo de queso, aunque eso ya sí sería desvirtuar el juego original de sabores y matices de la ensalada caprese. Sustituir, por ejemplo, la mozzarella por queso rulo o fresco de cabra, por brie, o algún otro que aporte una personalidad muy definida.