Diversos cursos de artesanía tradicional ofrecidos por las instituciones tratan de salvar técnicas ancestrales como la cestería, la cerámica o la empleita
Hace veinte años, Eulogio Concepción era el último cestero de pírgano de Lanzarote. Es un trabajo duro, escasea la materia prima y sus cestos han quedado para ‘souvenir’. Sus hijos no estaban interesados en sucederle y su maestría estaba abocada a la extinción. Eulogio tiene ahora ochenta y nueve años y, desde hace uno, Ruymán de León, de treinta y nueve, se ha convertido en su discípulo.
“Vínculos familiares de ambos en Los Valles, nos unieron. Eulogio me transmite su saber y yo, a cambio, hago labores que al maestro ya le resultan duras, como preparar el pírgano, o de difícil comprensión como la burocracia”, explica Ruymán que, convertido en un Eulogio 2.0, con él la cestería de palma tiene aseguradas unas cuantas décadas más en Lanzarote.
Otras técnicas en menor riesgo de extinción, como la cerámica tradicional, empleita con palmito, alfarería, curtiduría en piel, o rosetas, se transmiten por medio de talleres. En este caso, ofrecidos por el Cabildo para grupos reducidos y enmarcados en la línea de actuación ‘Apoyo a la Dinamización y Desarrollo del Sector Artesanal 2020’, del Gobierno de Canarias.
También algunos ayuntamientos apoyan la transmisión de este patrimonio inmaterial. San Bartolomé inició en marzo cursos de macramé, empleita y rosetas, con una visión contemporánea. Sergio Niz, de Teguise, apunta que “desde hace treinta años, el Plan Cultural de Teguise contempla talleres sobre técnicas artesanales como la fabricación de timples, confección de trajes tradicionales, cerámica, empleita, rosetas o calado, algunos con mucha demanda. Este año tenemos doscientos veinte alumnos”.
Cira García Perdomo, una de las maestras de empleita y alumna de doña Hortensia Pérez, de Los Valles, explica que “llevo diez años haciéndolas y seis impartiendo cursos. Este año tengo treinta y seis alumnos”.
“Ahora – apunta Cira- la mayoría de artículos como las sombreras, bolsos y algún monedero, están destinados al turismo, como recuerdo, pero antes la empleita de palmito se usaba también para hacer las genas de recoger la sal y alfombras de estera”. “Enseño a mis alumnos –añade- no sólo el tejido de entrelazado con las hojas, sino también a elaborar cualquiera de estos u otros objetos”.