Javier Sosa es ingeniero técnico informático pero también músico y pintor. Un hombre que encuentra la armonía entre cálculos y algoritmos y la pasión de colores, texturas y formas
Entusiasmo es una palabra que define bien a Javier Sosa. También le han dicho que es un hombre del Renacimiento. Se mueve entre los algoritmos y códigos binarios de su profesión y la pasión de la creación artística. La primera la descubrió con diez años, cuando le regalaron un ordenador y se puso a programar. La otra la descubrió en 2015, es autodidacta y asegura que para él es algo pasional. Y entre gigabytes y paletas cromáticas, pentagramas. Sosa también es pianista y pone banda sonora en directo a sus exposiciones.
Se mueve entre el abstracto y el figurativo, aunque tiene paréntesis de cierto realismo. “En mi última exposición, ‘Abstracciones: Explorando el reino de la imaginación’ están representados con varias series. Desde lo más abstracto e indefinido de ‘Marinas’, que invita al espectador a sólo sentir, liberándose de entender; ‘Paisajes’ añade un poco de figurativo e invita a reflexionar sobre la relación entre nosotros los humanos y la naturaleza”.
“La serie ‘Audioguía de Canarias’ –explica- es realista y funcional y surgió de una propuesta de un compañero en Cicar, para presentar las audioguías en CD que ofrecemos en nuestros coches de alquiler. Me ha encantado igualmente pero, al contrario de lo que mucha gente podría creer, es más fácil pintar el Teide o una orilla que crear a partir de impulsos emocionales. En estas obras no trato de representar cosas, sólo siento y pinto. No hay que detectar formas. Simplemente contemplar, mirar hacia adentro y descubrir qué te
hace sentir”.
Apunta Sosa que “siento esta dimensión artística como el contrapunto necesario a mi profesión, tan digital… Le estoy poniendo tanta pasión que me falta vida”. Pero todo lenguaje tiene sus códigos y la pintura tiene técnicas. “Siempre trabajo en acrílico sobre lienzo tratado con gesso y texturas 3D con arena, craquelado, a veces pan de oro; técnica mixta: brocha, espátula…, esponja. Y gran formato”.
“Y detrás de cada obra hay un proceso artesanal en el que yo mismo fabrico los bastidores y trato los lienzos antes de ‘descargar’ (download) mis emociones” (ríe).
