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iCar, primer coche de Apple iCar

Con el nombre de ‘Proyecto Titán’ el gigante tecnológico lleva desde 2015 enfrascado en producir un coche a la altura de las expectativas que genera su marca

Concebir, diseñar y producir un nuevo modelo de coche es una tarea ardua incluso para la industria automotriz. Para una empresa ajena a este mundo, como el gigante de la informática Apple, está resultando una auténtica migraña. El Proyecto lleva múltiples aplazamientos. Se barajó 2024 como fecha para el lanzamiento de un primer prototipo. Después se pospuso hasta 2026. El pasado octubre una fuente no oficial pero sí fidedigna, Ming-Chi Kuo, analista especializado en todo el universo de Apple, apuntó que “el Apple Car echa el freno y llegará más tarde de lo esperado”.
Que no se haya hecho oficial no significa que no haya prototipos del iCar o Apple Car. De hecho, hay bastantes con diferentes estéticas, más o menos agresivas, y con distintas soluciones tecnológicas. Se contempla incluso un acuerdo con una firma estable, apuntando el nombre de Hyundai.
Las líneas directrices iniciales del iCar apuntan a un coche 100% eléctrico, con un diseño minimalista y repleto de detalles característicos de la marca. Será completamente autónomo e irá equipado con inteligencia artificial, capaz de tomar decisiones y analizar los entornos, así como con un sistema infrarrojo que registrará el posicionamiento y movimiento de otros ocupantes de la vía y la presencia de obstáculos. Con todo, Apple considera secundario el aspecto exterior del vehículo y volcará todo su ingenio tecnológico en el interior.
El enésimo retraso en el lanzamiento tiene que ver con la autonomía total. Se llegó a decir incluso que ni siquiera tendría volante o pedales. Un concepto interesante y vanguardista pero contrario a la normativa vial de toda Europa. En Apple han reconducido la situación con una solución parcial. En una patente posterior se contemplaba un sistema mixto: con volante y pedales en modo manual, pero que al seleccionar la conducción autónoma el vehículo ocultaría tanto el volante como los pedales.
Entre otros alardes tecnológicos, anuncian un sistema de reconocimiento facial para la apertura del coche, revolucionarias baterías de litio ferrofosfato con un diseño de monoceldas, menos propensas al sobrecalentamiento; climatización automatizada, un sistema de cámaras que elimina los puntos muertos, una pantalla de realidad virtual semitransparente, un parabrisas capaz de detectar fisuras en el cristal y un pack de infoentretenimiento.

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