El ácido hialurónico es el aditivo ideal para devolverle a tu pelo fuerza, brillo y vida; también lo hace más resistente a agentes agresivos como el sol y el cloro
El cuerpo humano produce ácido hialurónico de forma natural. Lo tenemos en la piel y en las articulaciones y la capacidad de producirlo se reduce a partir de los 25 ó 30 años, generando una pérdida de hidratación, elasticidad y firmeza en los tejidos, así como un deterioro de la estructura capilar. El cabello se vuelve más vulnerable a la acción del sol, el salitre y el cloro de las piscinas, los tintes, etcétera, acentuándose los daños.
El ácido hialurónico ayuda, por tanto, a reparar el pelo dañado y a protegerlo contra factores agresivos. Además, puede captar hasta mil veces su peso en agua. Por eso es ideal para hidratar tanto la piel como el cabello seco y deteriorado. Aumenta la elasticidad, disminuye su propensión a romperse y lo hace más fácil de peinar, y proporciona volumen y brillo a una melena fina y sin vida volviéndola más fuerte y saludable.
Es importante utilizar productos de calidad. En cosmética, una concentración superior al 2% en un producto tipo sérum o mascarilla se considera un porcentaje muy alto, y por lo tanto, eficaz en su efecto hidratante.
No existe un único ácido hialurónico de uso cosmético. Hay distintos tipos y se aplican según sus propiedades y necesidad. Según el peso molecular, tiene una mayor o menor capacidad de penetración en la piel. El de alto peso molecular, por el gran tamaño de sus partículas no penetra en la piel sino que se deposita en superficie aportando un efecto de relleno. El de bajo peso molecular, al tener una partícula más pequeña, penetra mejor e hidrata la piel en profundidad (dermis) estimulando la síntesis de colágeno y de ácido hialurónico propia de nuestro organismo.
Asimismo, también puede ser o no reticulado. El primero es el que inyecta como relleno en zonas puntuales. Por el contrario, las moléculas del ácido hialurónico no reticulado tienen una densidad menor y no forman ninguna malla de retención de agua. Circulan libres. Es la variedad que se utiliza en cosmética capilar para aplicar de manera tópica, ya sea en forma de cremas, mascarillas, champús u otros productos estéticos.
Por supuesto, antes de decantarse por un cosmético, conviene analizar el cabello para conocer el tipo de problema que tiene y su nivel de afección.