Los nuevos plátanos rojos con sabor a frambuesa, ni son nuevos, ni saben a frambuesa. Más bien a un mango suave… Pero sí son canarios y están muy ricos. Traídos al archipiélago hace cuatro décadas desde la isla antillana de Guadalupe, en el Caribe, es sólo desde hace apenas un lustro que agricultores plataneros de Tenerife apostaron fuerte por ellos.
Lo más llamativo de esta variedad, que está causando fulgor en las redes sociales, es el tono rojizo de su piel, más gruesa que la del plátano canario amarillo y que la banana. También es más pequeño y chato que ambos, pero más grueso y pesado, y da la sensación de que es más mullido por dentro. Se pela sin dificultad y resulta, asimismo, menos aromático al pelarlo.
La pulpa presenta un matiz rosáceo, menos pálido y con presencia de semillas, aunque escasas y diminutas. El interior es mucho más intenso. Anaranjado y con tintes rojos, acentuados en piezas más maduras.
El plátano rojo tiene textura cremosa pero firme. Es más meloso, sabroso y agradable al masticarlo, pero su sabor es mucho más atenuado que el de su primo amarillo. Estas cualidades lo convierten en ingrediente ideal de postres menos empalagosos y también para platos salados.