Ni en siete vidas podrás disfrutar todo lo que Nueva York te ofrece; y serás protagonista de tu propia película en un decorado viviente de cine
Como un deja vu, Nueva York se revive y se descubre al mismo tiempo. Tantas veces viste en el cine sus rascacielos, sus taxis amarillos, las avenidas numeradas, las calles rebosantes de vida, sus cafés, etcétera, que reconocerás su luz, sus aromas y sonidos en cada momento. Y te enamorarás.
De ‘Annie Hall’ a ‘Desayuno con diamantes’; de ‘Ghost’ a ‘Taxi driver’, pasando por series como ‘Sexo en Nueva York’, ‘Friends’, o ‘Cómo conocí a vuestra madre’, la urbe por antonomasia se ha metido en nuestras vidas. Sin embargo, descubrirla sigue siendo una experiencia sobrecogedora.
Nueva York es un puzzle multicultural dividido en cinco distritos: Manhattan, Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island. Es diferente en cada estación del año y, posiblemente, el otoño es la más bonita.
Cuenta con un listado de lugares absolutamente ‘ineludibles’ como: la estatua de la Libertad, el Empire State Building, Central Park, el puente de Brooklyn, Times Square, Broadway, el MoMA, la catedral neogótica de San Patricio o el Rockefeller Center. Una vez los hayas visitado, te espera el resto de Nueva York.
Una ciudad palpitante en barrios como Little Italy (Bronx), Chinatown; la noche en Meatpacking District; jazz neoyorkino en Harlem; cocina vanguardista en los nuevos restaurantes del SoHo o Greenwich Village; obras de arte pintadas en las calles, comunidades vanguardistas, ambiente hípster y locales con mucho encanto en Williamsburg y en la Avenida Bedford; las casitas de ladrillo rojo con escaleras y pequeños jardines frontales en el barrio residencial de Park Slope o el cementerio de Green Wood, en Brooklyn. Y date un paseo por la playa de Coney Island o coge el ‘muy peliculero’ ferry de Staten Island.
Tampoco te pierdas ir de compras por las lujosas boutiques de la Quinta Avenida, a los grandes almacenes Macy’s, uno de los mayores del mundo, o a los también emblemáticos de Bloomingdale’s o Bergdorf Goodman. Y por la noche, un musical en Broadway. Sin embargo, sólo sentirás de veras el otoño neoyorquino cuando te ‘pierdas’ en la gran paleta cromática que es Central Park en esta época del año.
Y si ya viste los rascacielos desde abajo, no te puedes ir sin ver la Gran Manzana desde arriba. Además de los miradores en los Empire States, Rockefeller Center y el One World Trade Center; conoce The Edge, el mirador más moderno de Nueva York, a 345 metros de altura en lo alto del rascacielos 30 Hudson Yards. También peculiar pero más novedoso, High Line es un jardín elevado construido en unas antiguas vías de tren del barrio de Chelsea.
Y si disfrutando el otoño te ha pillado diciembre, ahora sí que no te puedes ir de Nueva York porque tiene la Navidad más espectacular del mundo. Podrás ir a los mercadillos; se encienden los árboles más representativos como el del Rockefeller Center o el de Bryant Park, los escaparates ya están decorados y las pistas de hielo, llenas de patinadores.
Hay conciertos de Navidad, podrás ver El Cascanueces de Chaikovski en el Lincoln Center y espectáculos como The Rockettes Radio City Christmas Spectacular (17 nov-1 ene), en el Radio City Music Hall desde 1933.
El día de Navidad, Christmas Day (25 de diciembre), es festivo. La gente suele celebrarlo en familia y muchos restaurantes cierran. Pero el momento más crucial de las fiestas es la Noche de Fin de Año, New Year’s Eve (31 de diciembre), cuando todo el planeta se concentra en Times Square para cantar la cuenta atrás y celebrar con un beso el inicio de un nuevo año.
