Vestidos asimétricos. Con una sola manga, con cortes ‘cut-out’, con escotes asimétricos (hombros preferentemente descubiertos). Muy favorecedores y combinables, son un ‘must’ de temporada para lucir con tacón, sandalias y hasta playeras. Carolina herrera, Balmain, Acné Studio….
Drapeados. Principalmente en formato vestido, con sus característicos pliegues y su caída, en versión larga, corta, ‘casual’ y hasta en elegantes ‘looks’ de invitada.
‘Slip dresses’. La estética lencera o ‘slip dress’, una de las tendencias absolutas del momento, pasa de la intimidad a vestidos, faldas, blusas… De corte ‘noventero’, escote generoso y pícaro en tejido satinado y minimalista. El encaje pasa a primer plano en Nensi Dojaka o Coperni; con aire ‘vintage’, Bottega Veneta y Simone Rocha; y tejidos vinílicos, Paco Rabanne.
Inspiración ‘noventera’. En prendas y complementos, mujer, hombre y unisex. Vestidos versátiles, muy favorecedores. Aire minimalista (menos es más), en negro, silueta midi, tirantes finos o en palabra de honor. Regresan también vestidos de punto, faldas satinadas, tank tops… Y el tie-dye, santo grial estético del grunge y la cultura Rave en los ‘90.
Transparencia. Junto a la línea lencera, la tendencia más rotunda de esta primavera 2023. Pantalones y faldas de presencia sutil o descarada, calado en gasa o ganchillo o acabado goma, LaQuan Smith; con la elegancia de Dior, en negro; colorido y aire bucólico, Collina Strada; o con aperturas descaradas, Eckhaus Latta o Rejina Pyo.
‘Utility’. El pantalón cargo como estandarte, las prendas ‘utility’ son el otro gran ‘must’ de temporada. Se suman a la tendencia ‘bolsillos’ (grandes, muchos…). En distintos tejidos y acabados, denim, tela, preferentemente amplios (XXL), de inspiración militar o urbana (‘streetwear’).
‘Denim for president’. El tejido vaquero es otro imprescindible. En sus múltiples versiones y acabados: ‘total look’, cargo, ‘baggy’, amplios, desgastados y con rotos como Givenchy; ‘Flare’ o ‘De campana’ como Blumarine; ‘boyfriend’, de tiro corto y hasta en doble cintura, como Diesel y Atmósfera Y2K. Por cierto, el tiro bajo se ha constituido en una categoría ‘per se’.
Deportivas de los ’90, mocasines y sandalias. Zapatillas ‘nostálgicas’, blancas con exitosos diseños de los 90; o, muy ‘casual’, sin cordones. Mocasines y calzado de estética colegial. Sandalias elegantes y formales, en piel y tiras simples o dobles; y deportivas (senderismo); y de tiras finas y puntera cuadrada, muy ‘90. Bailarinas ‘merceditas’, súper femeninas, para llevar con vaqueros y jugar con los colores.
Bolsillos XL vs maxibolsos. Espíritu pragmático extremo: bolsillos grandes para liberar las manos de la mujer. Muchos y grandes, Miu Miu y Loewe. Frente a esta tendencia, bolsos XXL que rompen la deriva menguante
desde 2018.
Faldas. Oda a la feminidad y a la elegancia, voluminosas (Carolina Herrera) y con el hipnótico efecto visual de los flecos. Katie Holmes, Michael Kors, Bottega Veneta, Diesel o Dolce & Gabbana.
La reina camiseta. ‘Street style’ o ‘Urban’, la funcional camiseta blanca de corte cuadrado, al primer plano. Y se abre a los diseños ‘cut-out’ y moteros. Todo tipo de mensajes: ideológicos, de protesta, motivadores, divertidos…
