Porque la anticipación no es tu fuerte o porque, realmente no te alcanza, no te preocupes. ¡Se puede! Te damos ideas y trucos para una buena hoja de ruta
Para triunfar con una cena de Navidad ‘último minuto’, empieza con no tomártelo al pie de la letra. A partir de ahí, fíjate en los detalles porque son los que van a marcar la diferencia. El mercado te ofrece muchos productos ya hechos y sólo tendrás que combinarlos y esmerarte en la presentación.
Sin entrar siquiera en quesos, encurtidos, ibéricos, ahumados, etcétera, dentro de esta amplia gama de productos ya preparados podrás encontrar desde cremas de verduras y sofritos, tartaletas y otros formatos en masa filo o brick, hasta salsas, mermeladas saladas o cebolla caramelizada, y crujientes de hojaldre o preparados de chocolate para postres. En este abanico de opciones también hay distintos niveles de calidad, incluso con etiqueta gourmet.
Vamos por partes. Un menú navideño o de fin de año requiere aperitivos vistosos, entrantes irresistibles, un plato principal deslumbrante y un postre de fiesta. Y todo esto, que sea fácil y rápido de preparar. Mejor, incluso, que puedas dejar mucho hecho por la mañana para sólo calentarlo antes de servir.
Y para que, además, parezca sofisticado… Cuida mucho los emplatados. Basta añadir frutos secos, hierbas aromáticas, semillas y germinados para que un plato de diario parezca una auténtica fiesta. Juega con salsas especiales: de trufa, de eneldo, de mostaza y miel, de arándanos, al estilo oriental o de menta son algunas de las opciones. Además, prepara copas, cubiertos y servilletas bonitas y pon adornos temáticos navideños.
Para un aperitivo vistoso escoge presentaciones de formato cóctel: chupitos, cuenquitos, cucharitas de catering, mini conos de barquillo, bases comestibles como mini volovanes o saquitos de masa filo, brochetitas… E incorpora alguna tabla temática como quesos, ibéricos o ahumados.
Un entrante acertado y ligero puede ser una ensalada, fresca o tibia, con detalles. Utiliza frutos secos, miel, algún queso fundido o espolvoreado y, ya en un nivel gourmet, un poco de trufa.
El plato principal es el momento estelar de la noche. Si prefieres ligereza sobre contundencia, elige pescado. Pinchos de rape, rollitos de lubina, rodaballo o salmón, langostinos o vieiras… Si te decantas por carne, puedes optar por una presentación fría, tipo pechuga de pollo o pavo rellena y rematar con la guarnición y las salsas.
Y para postre, juega con estos elementos. Hojaldre, frutas en almíbar o escarchadas, helado o yogur griego y chocolate. Por supuesto, termina con turrones y mantecados varios.
