De aspecto simpático e inofensivo, estos escarabajos coloridos son un arma eficaz para combatir a pulgones, ácaros y orugas en huertos y jardines
Los sarantontones, como se les conoce aquí en Canarias, o mariquitas como les llaman en la península son unos simpáticos y coloridos escarabajos voladores. Además de polinizadores, resultan muy eficaces en el control biológico de plagas (macrobiano) ya que son grandes depredadores de pulgones, entre otras especies animales que pueden suponer una amenaza para nuestro jardín, huerto o parque público.
La Coccinella Algérica Kovar es la subespecie que se encuentra en las Islas Canarias, además de todo el norte de África, desde Túnez a Marruecos y recientemente en Gibraltar.
En la naturaleza no hay plagas porque existe equilibrio ecológico. Sólo se dan en ecosistemas intervenidos. Además, controlar la proliferación de insectos u otros animales perjudiciales para nuestras plantas introduciendo a sus depredadores naturales evita el uso de pesticidas químicos tóxicos.
Las larvas de sarantontón no tienen un aspecto tan encantador como los adultos, pero son grandes depredadoras de pulgones. Más incluso. Una sola larva de sarantontón puede devorar entre cincuenta y ciento cincuenta pulgones al día. Los adultos, unos ochenta pulgones al día y más de mil por temporada, y una hembra puede poner más de un millón de huevos.
Si no hay sarantontones en tu jardín, puedes comprar larvas en establecimientos dedicados a la agricultura biológica. El precio de unas cien larvas ronda los veinte euros; casi cincuenta si pides trescientas larvas y en torno a ciento cincuenta si tu jardín o cultivo es muy grande y necesitas mil.
En cualquier caso, es importante conocer su ciclo de vida para no confundirlas con especies dañinas. En primavera ponen sus huevos en el envés (parte inferior) de las hojas de las plantas. Éstos son amarillos y alargados y eclosionan una semana después. Las larvas no se parecen en absoluto a los adultos. Son alargadas, negruzcas y mudan tres veces, pasando por cuatro estadios distintos a la vez que va creciendo. Aproximadamente un mes después de eclosionadas, las larvas se convierten en pupa, que ya sí se parecen más al adulto. A los pocos días empiezan a transformarse hasta adquirir su típico caparazón rojo punteado. Color que en la naturaleza significa peligro (para sus depredadores).