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Cerveza de calabaza

Estacional por excelencia, la cerveza de calabaza o ‘Pumpkin ale’ bien podría parecer invento del marketing para Halloween. Sin embargo es una variedad que surgió en el siglo XVIII en la Norteamérica colonial previa a la fundación de los Estados Unidos.
Ante la escasez y el alto coste de los ingredientes para elaborar cerveza convencional, el ingenio llevó a los colonos a probar alternativas a la malta de cebada como fuente de azúcares fermentables, tales como melaza, millo, manzana o la calabaza. Esta variedad incorpora también especias como canela, clavo, nuez moscada, jengibre o vainilla para condimentarlas.
Muy consumidas en sus inicios, cuando era considerada también una bebida saciante y un tónico muy recomendado por los médicos, cayó en el olvido. La primera ‘nueva’ Pumpkin Ale aparece en los ‘80 de manos de la Buffalo Bill’s Brewery, en Hayward, California. En España las producen La Sagra (Toledo) y Tyris (Valencia).
Las actuales distan mucho de las originarias. Se trata de cervezas de cebada saborizadas con calabaza. Su aspecto va a depender de la variedad que se utilice como base, generalmente cervezas maltosas tipo Pale Ale, Red o Amber Ale, Weizen (trigo) o incluso Stout. Son ligeramente dulces, por la malta y la calabaza, aunque predomina esta última tanto en el aroma como en la estructura del sabor.

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