La cantidad de polvo sahariano transportado hacia el Atlántico ha disminuido desde los años 80, pero, paradójicamente, Canarias sufre desde 2020 calimas más intensas
Estudios científicos hechos en Canarias, que analizan la naturaleza físico-química del polvo, corroboran que las calimas de polvo sahariano afectan a la salud, al medio ambiente y al clima.
Sergio Rodríguez, científico Lanzaroteño en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, y experto en ciencias de la atmósfera, apunta que “el transporte de polvo sahariano hacia el Atlántico está disminuyendo desde los años 80, sin embargo, y paradójicamente, desde febrero de 2020 Canarias viene sufriendo supercalimas de polvo sahariano, muy cortas (pocos días), pero extraordinariamente intensas, en las concentraciones de partículas respirables, inferiores a 10 micras (PM10), alcanzan concentraciones de entre 1.000 a 4.000 microgramos(µg)/m3”.
“Sin calima, -explica Rodríguez- las concentraciones de partículas respirables (PM10) suelen ser de entre 25 y 30 µg/m3, mientras que durante las calimas que normalmente ha sufrido Canarias suelen ser de entre 50 y 300 µg/m3. Desde febrero de 2020 hemos tenido cinco supercalimas de polvo sahariano extraordinariamente intensas. La de marzo de 2022 afectó, por primera vez, a la península. Ahora estamos estudiando por qué se producen, su comportamiento y tendencias”.
La calima es beneficiosa para los ecosistemas marinos, especialmente para las aguas abiertas de los océanos, porque le aporta fertilizantes como el hierro y fósforo. Sin embargo, afecta negativamente a los humanos. Estudios del CSIC y de la Unidad de Cardiología del Hospital Universitario de Canarias (Tenerife), publicados en 2020 por las revistas científicas Journal of Clinical Medicine y Translational Research, revelaron que la inhalación del polvo inflama las vías respiratorias y aumenta el riesgo de muerte cardiovascular al ritmo del 2% por cada 10 µg/m3 de polvo en suspensión; de forma que, durante un periodo de cuatro años, el 86% de las muertes intrahospitalarias (pacientes ingresados en el hospital) por insuficiencia cardiaca, estuvieron asociadas a ingresos efectuados durante días de calima de polvo sahariano. A mayor concentración de polvo, mayor incidencia.
Otros estudios realizados en el Observatorio Atmosférico de Izaña (Tenerife) han demostrado que el polvo desértico viene mezclado con contaminantes emitidos por la industria de refino de petróleo, producción de fertilizantes y actividad minera en Marruecos, Argelia y Túnez. Junto con el polvo llegan sulfato, nitrato, amonio y diversos metales pesados como el cromo, níquel y cinc. La comunidad científica hace un seguimiento de las calimas, con el fin de averiguar cómo están afectando al cambio climático.
