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Shanghai Tower

Shanghai Tower, la torre más alta de China y tercera del planeta, tiene el restaurante a mayor altura, 556 metros; y el ascensor más veloz, 20,5 m/s

Situada en pleno Centro Financiero Mundial de Shanghai, la Torre de Shanghai, con 632 metros y 124 plantas, es el edificio más alto de China. Diseñada y desarrollada por Gensler Research Institute (San Francisco, California. EE.UU.), es propiedad de Shanghai Tower Construction & Development Co., Ltd.. Su coste total ha sido 2.400 millones de dólares USA (2.175.000 euros).
Fue inaugurada en 2015 y está organizada en base a nueve edificios cilíndricos apilados uno encima del otro. La capa interior de la fachada, de doble piel, encierra los edificios mientras que la fachada exterior, ambas de paneles de vidrio transparentes (210.000 m2 en total), la envuelve y la comunica visualmente con su entorno. La Torre, además, gira 120 grados sobre su eje vertical.
Los espacios entre las dos capas de la fachada crean nueve jardines elevados e incluyen restaurantes, cafés y tiendas a lo largo de un paisaje exuberante. Permiten, como las plazas de las ciudades tradicionales, la interacción social de habitantes y visitantes.
En la base, a modo de pedestal, un gran espacio común con un centro comercial, 1.100 plazas de aparcamiento, zonas para actividades culturales, eventos y celebraciones, así como una estación de metro para conectar la Shanghai Tower con la vida del resto de la ciudad. Desde ahí y hacia arriba, oficinas, boutiques y un hotel de 258 habitaciones, todo de lujo. Más el restaurante Heavenly Jin, a 556,3 metros del suelo, record mundial; el ascensor más veloz del mundo: 20,5 m/s (73,8 Km/h), que sube 120 plantas en menos de 55 segundos; y una terraza mirador a 561,3 metros.
El icono más prominente del skyline de Shanghai es, además, un prodigio de vanguardia, tecnología y sostenibilidad. La inteligencia artificial (AI, en inglés) optimiza la gestión de sus sistemas. Su forma y la superficie de la fachada reducen en un 24% las cargas de viento sobre el edificio, con un ahorro de 58 millones de dólares en materiales de construcción. La cortina de vidrio envolvente aprovecha al máximo la luz natural y es aislante.
El parapeto en espiral recoge agua de la lluvia para los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Unas turbinas eólicas generan energía a través de un sistema de cogeneración de 2.130 kW, entregando electricidad y energía térmica a los pisos inferiores. En total, una reducción de 34.000 toneladas/año de su huella de carbono.

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