Algunas especies crecerán rápido y producirán flores en poco tiempo, a finales del verano y en otoño. Otras lo harán ya en invierno o en primavera
Aunque el margen de éxito está condicionado por el clima o microclima en el que vives, que puede dificultar o favorecer el crecimiento, hay plantas que puedes sembrar en verano y disfrutar de flores antes de que acabe la temporada estival. Dependiendo de la especie y el lugar disponible, tal vez tengas que ayudar a algunas, ofreciéndoles protección para las temperaturas, un mayor o menor riego y azocarlas del viento.
Algunas especies anuales que puedes sembrar en verano son: amaranto, azulejo, caléndula, capuchina, cosmos, gaillardia, y los pensamientos. Por otra parte, estas son especies de flores bienales y perennes para sembrar (semillas) también en temporada estival: amapolas, bellis perennis, dedalera, flor del corazón (dicentra), lino, lunaria y nomeolvides (myosotis).
Al sembrar en verano, tendrás plantas en diferentes procesos de crecimiento y maduración, dando más diversidad y atractivo visual a tu jardín. Además, si se trata de flores comestibles o de plantas aromáticas o medicinales, tendrás ‘cosecha’ durante un largo periodo. Igualmente, la fauna silvestre (abejas, mariposas, etcétera) tendrá flores a su disposición para polinizar todo el año y si, además, son plantas perennes, requerirán menor mantenimiento.
Las flores de crecimiento rápido que se pueden sembrar en verano (flores anuales), por lo común solo florecen durante una temporada. Muchas de ellas se expanden (auto siembran) solas muy fácilmente o producen muchas semillas que podrás recolectar para sembrar al año siguiente.
Estas semillas de flores se pueden sembrar en macetas, en una zona dedicada solo para ellas, o combinarlas con las hortalizas del huerto. En tal caso, ambas saldrán beneficiadas. Las plantas con flores atraerán la vida silvestre y ayudarán de forma natural y ecológica al control de las plagas.