La revista bilingüe de Lanzarote

La fruta del dragón

A pesar de ese sobrenombre y de su aspecto exótico, la pitaya no procede de China sino que es originaria de México aunque también la hay en algunos países de Sudamérica. Rojo oscuro, rosa o amarilla, la pitaya nace de un cactus trepador que se da muy bien en Lanzarote.

Aun madura, su pulpa es dulce pero su sabor muy suave. Se puede incorporar en diferentes recetas de cocina, así como utilizarla para elaborar mermeladas, compotas, batidos y helados caseros; o la podemos incluir en pasteles y todo tipo de dulces. O podemos hacer un refresco natural, el Agua de Pitaya. Necesitas un litro de agua, 100 gramos de azúcar, el jugo de medio limón y una pulpa. Licua todo bien, filtra y enfríala antes de beberla.

La pitaya tiene mucha agua, proteína vegetal, fibra; es rico en vitamina B y C y minerales como el Calcio, el Fósforo y el Hierro. También, ácidos grasos beneficiosos como el Omega-3 (en las semillas).

Entre sus muchos beneficios para la salud, refuerza el sistema inmunológico, estimula la producción de glóbulos blancos, rojos y plaquetas; retrasa el envejecimiento celular; ayuda a regular el tránsito intestinal; contribuye a reducir el riesgo de padecer infarto cerebral y cardíaco y es buena para combatir la anemia porque mejora la absorción del Hierro.

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