Tras muchos años de abandono y varios intentos, Arrecife recuperó este año este espacio de ocio y esparcimiento que tiene el sello estético de Manrique y muchísima proyección
Por su ubicación, frente a la ciudad en la bahía de Arrecife, el Islote de Fermina es un enclave valiosísimo desaprovechado durante demasiado tiempo. Fue astillero a principios del siglo XX, de la mano de la emprendedora armadora lanzaroteña Fermina García Santana. Hasta que la gente y la costumbre acabaron refiriéndose a él con su actual nombre, era conocido como Islote del Quebrado o Punta del Callao, en un topónimo anterior.
En la década de los setenta, y tras muchos años en desuso como varadero, el artista lanzaroteño más universal, César Manrique, intervino el espacio por encargo de la empresa Protucasa y merced a sus recientes éxitos de Jameos del Agua (Lanzarote) y el Lago Martiánez (Tenerife). Una actuación enmarcada en el proyecto de construcción el antiguo Arrecife Gran Hotel y del contiguo Parque Islas Canarias. Fue en aquella época que se sumó al lugar el nombre de Islote del Amor, porque allí se iban las parejas a ‘desahogar calenturas’. El islote se unió a tierra mediante un largo puente de madera que se inicia junto al Arrecife Gran Hotel.
Manrique convirtió este terreno de más de 14.000 m2 en un oasis de recreo. Sin embargo, no llegó a funcionar y muy pronto cayó de nuevo en el abandono. No fue hasta 2017 que, tras varios intentos y sendos proyectos, se volvió a intervenir en su recuperación en la que se ha tratado de mantener la impronta estética de Manrique.
El renovado Islote de Fermina cuenta con una piscina de agua salada de 3.600 m2, un solarium, accesos para el baño en el mar, zonas de aseos y duchas, así como un edificio acristalado con cafetería, una terraza de más de 100 m2, diversas salas de usos múltiples para la celebración de eventos y un mirador hacia la Marina de la ciudad. El 30 de enero del pasado año abrió sus puertas para todos los arrecifeños, lanzaroteños y visitantes.
Los Centros de Arte Cultura y Turismo (CACTs) asumen la gestión de esta zona de ocio, de acceso gratuito. Está previsto, en un futuro próximo, que acoja un centro de deportes náuticos y una sala de exposiciones y actividades culturales, además del Observatorio del Cambio Climático de la ONU.