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Gatos Maine Coon

Considerada la mayor de todas las razas, su cuerpo es fuerte, su pelaje espeso, y son cariñosos y sociables tanto con niños como con otras mascotas

Los gatos maine coon tienen un cuerpo fuerte y musculoso, patas sólidas, el hocico cuadrado y unas orejas grandes, anchas y erguidas, con mechones en las puntas como las de los linces. Los machos pesan entre siete y diez kilos; un poco menos las hembras, entre cinco y ocho. Suelen vivir entre diez y quince años y su pelaje es largo y grueso, también impermeable y brillante. Por esto, más sus zarpas y su cola, pueden parecer un gato de las nieves. Sin embargo, esta raza puede presentar más de treinta colores. Los ojos pueden ser verdes, dorados o cobrizos; y en los gatos blancos es posible encontrar ojos azules o de distinto color cada uno.

Por el tamaño y por su carácter y conducta, se les ha llamado ‘gato-perro’. Son muy leales, cariñosos, hogareños y familiares. Se pueden llevar muy bien con los niños, siempre y cuando les dejen su espacio. No es un gato agresivo pero sí es grande, con lo cual hay que vigilar el comportamiento de ambos y sobre todo concienciar a los niños de que los animales no son juguetes y que hay que tratarlos con cuidado y mucho cariño.

El maine coon no es un gato territorial y acepta bien a otras mascotas. Fundamental, hacer las presentaciones correspondientes con cada una y darles tiempo para que se vayan conociendo. Más complicada puede resultar su convivencia con animales exóticos, roedores, pájaros o peces. Son felinos y aunque no intenten comérselos, pueden hacerles daño jugando.

La alimentación no difiere demasiado de cualquier otra raza de gato, aunque son un poco sibaritas en la calidad y prefieren grano grande. Mantenle siempre el comedero lleno. Generalmente saben regularse y comerán solo lo que necesiten. En cuanto a cuidados, se recomienda cepillarlo dos o tres veces por semana con un cepillo específico para gatos de pelo largo. Les evitarás problemas gástricos con bolas de pelo, que ya no se tragará al acicalarse.

Se trata de una raza muy particular y su precio promedio en España está entre los 750 y los 1.000 euros, pudiendo llegar a los y 1.600 euros. Desconfía de anuncios en Internet con gatitos muy baratos. Podría tratarse de una estafa, de un criador de traspatio o de un traficante de animales. Su pedigrí, cartilla veterinaria, contrato y factura son tu garantía.

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