No hay comida italiana que se precie que no vaya precedida de unos deliciosos ‘antipasti’ y, como en todo, hay tendencias
En Italia, antes de la comida se toman antipasti (antipasto en singular), acompañados por un bitter Cinzano, un Martini, un Spritz Aperol, etcétera, porque en el país de los Apeninos, el aperitivo se bebe. En general se consideran ‘antipasti’ (antes de la comida) todo tipo de entrantes, fríos o calientes, que van desde raciones de embutidos cortados en lascas muy finas, carpaccio, ensaladas y preparados de verdura en frío, encurtidos, quesos, aceitunas, focaccia, grisini, bruschettas e incluso pequeños platos más sofisticados.
Pero el antipasto de moda es la burrata. Un queso fresco que se hace con leche de vaca y tiene forma de pasta hilada acompañada de nata. Se presenta dentro de una envoltura (dura, que hay que romper con el tenedor), que se conoce como la ‘fior di latte’ ya que, efectivamente, parece una flor láctea. Su textura es suave como la mantequilla que forma parte de su elaboración, junto con la mozzarella, y de la que toma su nombre (en italiano, ‘burro’ es mantequilla).
El queso burrata es ideal para integrarlo en ensaladas, acompañado con un poco de tomate (fresco o seco), rúcula o albahaca, con aceto balsámico de Módena o con un chorro de aceite de oliva virgen extra.
Además de ser ligero, sabroso y agradable, este antipasto tiene la vitola de ‘saludable’ por su alto contenido en aminoácidos, proteínas y ácido fólico, (imprescindible para las mujeres cuando están embarazadas). Además, esta modalidad de queso fresco es menos calórica que otras variedades típicas italianas como el parmigiano, el grana padano, el gorgonzola o el Pecorino (grasos) y atesoran vitaminas A y D, magnesio, fósforo y potasio. O sea, un antipasto rico en todos los sentidos.
El queso burrata es originario de la región italiana de Apulia (Puglia, que viene a ser el tendón de Aquiles hasta talón de la bota) que tiene en Bari su ciudad más importante. Se empezó a elaborar entre los años 20 y 50 del pasado siglo como producto de aprovechamiento de los restos de la fabricación de la mozzarella. Al contrario de ésta, el burrata se sirve a temperatura ambiente o ligeramente frío.