El Brandy de Jerez es un producto de alta calidad amparado por Indicación Geográfica Protegida. Se diferencia de otros brandies por tener unas características organolépticas propias y singulares, resultado de su sistema de elaboración tradicional de soleras y criaderas, propias de la denominación de origen de los vinos de Jerez-Xerez-Sherry.
Igualmente relevante es el tipo de barricas (en Jerez, botas) en las que se envejece. De roble americano (500 a 600 litros) que previamente han contenido Fino, Amontillado, Oloroso, Palo Cortado o Pedro Ximénez. Variedades de la D.O. Vinos de Jerez. En el caso de los Gran Reserva, más oscuros, se emplean botas envinadas con oloroso (los secos) o Pedro Ximénez (los ligeramente dulces) y tienen entre ocho y doce años de envejecimiento.
Para los aguardientes con los que se elabora el Brandy de Jerez, sólo se destilan vinos sanos, limpios, equilibrados y perfectamente aptos para su consumo. En su gran mayoría de las varietales Airén y Palomino, tradicionales en el marco de Jerez.
El resultado es un producto exclusivo, de altísima calidad, aromático e intenso. Para obtener el máximo disfrute, aromático y gustativo, debe servirse en copa de balón. En una cantidad que no se derrame al ponerla en posición horizontal y a unos 10º ó 15º como máximo. Temperatura en la que despliega todos sus matices de forma armónica.