Las ‘tiny houses’ o minicasas son la respuesta en clave de tendencia sostenible y confortable a las dificultades para encontrar vivienda
La decoración de interiores no consiste sólo en generar belleza y armonía. También implica optimizar espacios. O sea, máximo aprovechamiento. Y este hecho se convierte en necesidad y prioridad cuando el suelo disponible es reducido. Y en esta realidad surge un nuevo concepto de habitabilidad: la ‘tiny house’ o minicasa. Un hábitat mínimo en el que no falta de nada y que se ha convertido en tendencia.
El concepto surge en Estados Unidos, tras la crisis financiera, por la imposibilidad de mucha gente de acceder a una hipoteca o a un alquiler por los salarios bajos y la precariedad. Se considera ‘tiny house’ una vivienda de entre treinta y cincuenta metros cuadrados, que también podría utilizar la altura disponible, tres metros por ejemplo, para crear un altillo. Se trata, en definitiva, de vivir con menos, de una manera más sostenible.
Y entre la adaptabilidad necesaria y la sostenibilidad, la tendencia contempla la construcción de estas casas en parcelas pequeñas pero rodeadas de naturaleza y más ecológicas. En madera o a partir de contenedores navales, usan la energía solar y el agua de la lluvia para abastecerse con todas las comodidades.
La máxima de este concepto es el aprovechamiento del espacio. El habitable y el de almacenamiento (ropa y comida, por ejemplo). Son casas para vivir solo o en pareja, por lo que pueden ser una opción de vida para solteros, parejas sin hijos o para las que tienen el ‘nido vacío’ y quieren probar un modo de vida diferente.
De partida, una ‘tiny house’ es un reto. Precisa hacer una buena planificación del espacio y apostar por muebles con capacidad para guardar, rentabilizar los metros que quedan debajo de la cama, etcétera. En este apartado entra el aprovechamiento de la altura. La solución: un altillo, un dormitorio o un espacio de trabajo. Por otra parte, siempre se pueden habilitar unos metros en el exterior para una terraza cubierta.
A tamaño mínimo, muebles multifuncionales. De esos que se abren o se cierran en función del uso y fácilmente desplazables. Espacios diáfanos y versátiles, con separaciones móviles (paneles), máximo aprovechamiento de la luz natural en interiores. Elementos ligeros, blancos o tonos claros para lograr sensación de amplitud y almacenamiento con puertas ciegas para evitar el ruido visual.
