El cáñamo se ha revelado como un material de construcción 100% ecológico, con un balance de Carbono negativo: -75 kg C02 por m3. El hormigón de cáñamo, Hempcrete, sólo precisa cal y agua para utilizarlo en construcción, en forma de bloques. Con este formato, las construcciones con Hempcrete facilitan materializar proyectos pasivos (passive houses), biodinámicos, de muy bajo consumo energético. Asimismo, no se pudre, no lo atacan los roedores y tiene la más alta clasificación de resistencia al fuego y a los
temblores sísmicos.
Se simplifican aspectos como la estanqueidad, mejora la regulación hídrica, el confort térmico está totalmente asegurado y también el acústico, con una absorción del ruido externo de hasta 44 dB. Y su resistencia al fuego, de hasta 240 minutos, obtiene la máxima certificación: Clasificación B-s1, d0.
El cáñamo tiene propiedades aislantes excelentes. O sea, casa fresca en verano y cálida en invierno sin aire acondicionado ni calefacción gracias a su conductividad térmica, de 0,071. Y por la permeabilidad al vapor de la cal, el muro respira y el aire está en constante renovación, como una prenda transpirable. Adiós mosquitos, ácaros del polvo o el moho, porque las humedades relativas dentro de la vivienda se mantienen entre un 35 y un 60%, la llamada ‘zona de confort’ en la que estos no pueden proliferar.
Hempcrete: Hormigón de cáñamo
