En los últimos años hemos visto cómo nuestros teléfonos primeros se volvían móviles y autónomos y después, inteligentes. Luego, las televisiones. Paralelamente, la tendencia de la multifuncionalidad llegó a la cama, que se convirtió en un tatami con respuesta a para todo.
En esta multifuncionalidad fue naciendo la cama inteligente y los últimos modelos se han centrado en la función cama, dejando a un lado el resto del ‘tatami del inspector Gadget’. Así, las camas inteligentes o ‘smart beds’ monitorean la calidad y cantidad de nuestro sueño por medio del registro e interpretación de nuestras constantes vitales.
Se conectan con nuestros teléfonos inteligentes ‘smartphones’ y, a través de aplicaciones ‘apps’, corrigen problemas y potencian el confort adaptándose al peso, postura, temperatura corporal, etcétera de cada usuario y en su evolución en el tiempo.
A estos desarrollos, algunas marcas han añadido opciones de confort como el calentamiento programado de los pies de la cama, masaje oscilatorio 3D Wave, el ajuste ilimitado de posiciones como: gravedad cero, anti ronquidos, posición pies arriba, de lectura, entre otras, y además puedes guardar tus posiciones preferidas para tu uso personalizado y también han integrado recursos tecnológicos de entretenimiento como el diseño envolvente con pantalla de TV o monitor para multiconexiones en ‘streaming’. Y es sólo el principio…
