Quita años a tu aspecto, relaja y libera estrés acumulado, oxigena la piel, activa y tonifica los músculos, mejora la circulación… El milagro se llama yoga facial
Del mismo modo que aporta flexibilidad al cuerpo, en su versión facial el yoga aporta numerosos beneficios que convergen en una piel rejuvenecida. Es apto para personas de cualquier edad y tipos de piel. Consiste en una serie de estiramientos, ejercicios de tonificación y masajes que ayudan a todos los músculos del rostro a mantener su fortaleza y elasticidad, recuperando al rostro su estado más juvenil. Lo mejor, solo requiere unos minutos de tu tiempo y constancia.
El rostro tiene, según esta disciplina, muchos puntos de energía. Como el yoga tradicional, al ejercitarlos se trabaja conjuntamente el plano físico y el emocional de manera que el desarrollo de uno revierte en el otro y viceversa. Estas mejoras internas son las que se ven externamente. Así, al oxigenar la piel, estimular el riego sanguíneo y relajar las tensiones, los beneficios se reflejan en la cara pero repercuten también en el cuello y el escote, considerados ‘zonas rebeldes’.
Entre los beneficios del yoga facial, el más valorado es que logra combatir las arrugas del rostro. Gracias a la oxigenación por la estimulación de la circulación sanguínea, también se activa y potencia la producción de colágeno y elastina en una de las capas de la dermis. La piel recupera tono, flexibilidad, elimina toxinas y suaviza las arrugas.
La rutina de yoga facial recomendado incluye ejercicios de tonificación y resistencia muscular que comienzan desde el cuello hasta la frente. Lo ideal es llevarla a cabo cinco veces por semana, durante quince minutos, realizando quince repeticiones por ejercicio.
Para la frente
Coloca los dedos en la frente realizando un ligero movimiento hacia arriba de forma que los ojos se abren. Después, levanta las cejas varias veces asegurándote de no estar provocando arrugas.
Para la zona de los ojos
Combate y previene las arrugas alrededor de los ojos. Se realiza moviendo los ojos de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Después, repite pero moviéndolos de abajo a arriba. Asegúrate siempre de que solo se muevan los ojos. La cara ha de permanecer inmóvil durante todos los movimientos.
Pómulos y mejillas
Ejerciendo una presión de los labios hacia dentro de la boca, pon los dedos índice en ambas comisuras haciendo una ligera presión hacia fuera y hacia dentro. Se recomienda realizar diez repeticiones.