Vivir en un barco puede ser una experiencia única y emocionante, pero es importante que lo conviertas en tu hogar. Elije estilo: Navy, minimalista, industrial…
La vida a bordo de un barco requiere una planificación cuidadosa y adaptarte a un estilo de vida diferente. Para empezar, en España sí es posible que un barco sea tu residencia y vivir a bordo de un barco, principalmente en puertos deportivos donde además de protección cuentan con toma de electricidad, agua potable y wifi.
Vivir en un barco conlleva adaptarse a un espacio reducido y funcional, con el confort condicionado a un aprovechamiento óptimo del espacio. A bordo hay los mismos elementos que en una vivienda convencional: baño, dormitorio, salón-cocina-comedor y terraza, que es la cubierta, aunque todo está más compartimentado.
Para sobrellevar el estrés y la incomodidad, falta el factor estético que lo convierta en un hogar. El estilo ideal para un barco es el minimalismo cálido porque es poco invasivo, nada sobrecargado y a bordo la ergonomía es vital. Van a predominar las formas redondeadas para evitar golpes, especialmente en los muebles, y la más estricta funcionalidad. Si algo no tiene una función, fuera.
Materiales resistentes a la humedad, a la corrosión y al sol. Muebles compactos y multifunción. Ningún sillón sin capacidad de almacenaje debajo y todas las mesas, plegables. Los textiles, hidrófugos, y todo a bordo debe ser fácil de limpiar.
El estilo decorativo más razonable a bordo es el ‘navy’ o marinero, con tonos blanco o crema y azul en patrón de rayas o franjas y algunos detalles en amarillo o rojo. Si quieres dar más toques de color, aplícalo en los textiles, que son más fáciles de actualizar. Los ventanales y claraboyas permiten sacarle el máximo partido a la luz natural en interiores, muy importante en este estilo.
Se pueden adoptar otros estilos pero condiciona cómo sea el barco y si está pensado más para navegar o para flotar anclado. A un viejo barco de carga fondeado en un canal de Ámsterdam le iría muy bien una decoración minimalista contemporánea, pero también podría reconvertirse en un loft flotante de estilo industrial.
La atmósfera de intimidad que proporciona la iluminación de claraboyas y ventanales invita a una propuesta radicalmente minimalista. Ésta, con madera, metal, cemento y cuero, a medio camino entre una galería del SOHO neoyorquino y un templo steampunk. Y así, un largo etcétera.