El interiorismo aúna arquitectura, decoración, espacios y elementos, ordenados en patrones estéticos propios de las distintas tendencias que se apliquen
El diseño de interiores es un campo en constante evolución y 2025 se perfila como un año emocionante para renovar y rejuvenecer espacios, elementos y detalles, con la sostenibilidad y la consciencia ecológica como común denominador.
El ‘upcycling’, o reutilización creativa, devuelve la vida a materiales o elementos descartados o infrautilizados para transformarlos en nuevos objetos, a menudo revalorizados. Cálida y versátil, la madera protagoniza esta tendencia porque permite ser transformada sin perder su valor intrínseco. En muebles, revestimientos o elementos decorativos, la madera reciclada aporta un carácter único a cada pieza.
A su vez, la madera de raíz, obtenida de las protuberancias nudosas de los troncos y ramas de los árboles, muestra un patrón de vetas intrincado e impredecible. La madera de raíz, integrada por ejemplo en los paneles alistonados, aporta elegancia, complejidad y un toque de lujo por su textura rica y patrones únicos.
Más que una tendencia, el diseño con residuos plásticos es una necesidad. El Panelate Soft es un revestimiento decorativo que redefine la sostenibilidad en el diseño de interiores. Estos paneles se fabrican a partir de un soporte obtenido de botellas de plástico recicladas. Reduce la huella de carbono en los proyectos de interiorismo ofreciendo una solución estética, funcional, eco-consciente y responsable.
El estilo industrial 2.0 se caracteriza por una paleta de colores desaturados y fríos, con predominancia de tonos grises y oscuros que aportan una estética sobria y contemporánea. Combina la sofisticación urbana con texturas resistentes y superficies evocadoras del desgaste típico de los entornos industriales, resultando en interiores más elegantes y robustos a la vez que les aporta una mirada más actual y refinada.
El ‘soft minimalism’ o minimalismo suave es una evolución del ‘warm minimalism’ o minimalismo cálido, en el que destacan las sensaciones táctiles, la sencillez, la atención plena y la artesanía tradicional. Crea espacios en los que predominan la relajación, el bienestar y la autoconexión. Predomina el uso de la madera, así como una paleta de colores neutros, texturas naturales y líneas limpias.
El Brutalismo moderno revisa las pautas del brutalismo original protagonizado por el hormigón en bruto, el minimalismo y el carácter geométrico en las formas. En su versión actualizada, incorpora una filosofía más consciente de los recursos, adoptando un enfoque ‘#nowaste’ (sin desperdicio). Abraza el carácter inherente del hormigón, el acero, el vidrio y la madera para una estética que combina fuerza y sostenibilidad.