El material más duro y ligero del mundo está hecho de un 99,8% de aire y se llama aerogel. Es sólido, sintético, poroso, ultraligero, tiene una densidad extremadamente baja y una mínima conductividad térmica. Se obtiene a partir de un gel en el que el componente líquido se sustituye por un gas. El resultado es un sólido de textura muy similar a la espuma de poliestireno.
Este material está en permanente evolución y se están probando acabados con diversos compuestos químicos. Su bajísima conductividad térmica, inferior a la del gas que contiene, lo convierte en un excelente aislante térmico y acústico por lo que se utiliza ampliamente para el aislamiento a escala industrial. Una solución ecológica, eficaz hidrófuga y no inflamable para el revestimiento de edificios.
Aunque, por su alta adaptabilidad y capacidad de moldearse, permite un diseño más creativo y eficiente de elementos arquitectónicos. Por eso se está incorporando en paneles solares y sistemas de iluminación, así como en la construcción de infraestructuras.
El gran desafío del aerogel está en la construcción del futuro, liviana y eficiente. Podría llegar a plantearse
como alternativa autoportante, sola o mixta, en estructuras básicas como tabiques, paredes en paneles o muebles ‘de construcción’.