El biohacking, también conocido como ‘optimizador humano’ o ‘bricolage biológico’ (biología ‘do-it-yourself’, hazlo tú mismo) es un enfoque centrado en el individuo para que cada persona pueda lograr su mejor versión, en la salud, el bienestar o en el rendimiento.
En esencia, es la idea de ‘hackear’ el cuerpo humano para que funcione mejor, más rápido y por más tiempo. Así, un biohacker quiere aprender a registrar su cuerpo y su mente para mejorar su salud, reducir sus síntomas, elevar su energía, dormir bien, mantener un peso adecuado, prevenir enfermedades y gozar de una buena calidad de vida a largo plazo.
El ejercicio físico es indispensable. Puedes caminar, nadar o hacer yoga y alternarlo con ejercicios más intensos, plataformas vibratorias y dinámicas como el ayuno intermitente o intervenciones más avanzadas como la modificación genética o el uso de implantes tecnológicos.
Ramas del biohacking
Nutrigenómica: Estudia cómo los alimentos afectan la genética. Permite personalizar la dieta según tu ADN.
Tecnológico: Usa dispositivos como monitores de sueño, relojes inteligentes, implantes RFID o sensores de glucosa para obtener datos corporales en tiempo real.
Mental o cognitivo: Mejorar la función cerebral a través de meditación, neuroestimulación, nootrópicos (suplementos para el cerebro) y técnicas de enfoque mental.
Grinder biohacking: Más extrema, con implantación de dispositivos electrónicos para mejorar capacidades físicas o sensoriales.