“La felicidad es un aprendizaje. Afrontar dificultades, gestionar emociones”
Profesor titular de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna (Tenerife), Antonio Rodríguez coordinada el grupo de investigación EMOCREA-ULL y fue asesor académico en el diseño de la asignatura ‘Educación Emocional y para la Creatividad’.
Canarias es pionera en la implantación de una asignatura para potenciar la inteligencia emocional en la educación, Emocrea, que el curso pasado cumplió 10 años. ¿Satisfecho con su evolución?
Que se haya implantado, desarrollado y sostenido ya es un éxito. Desde la LOE, hasta sexto de Primaria con el nuevo currículum académico, supone un logro educativo y también ha sido fundamental el compromiso político de iniciarlo y mantenerlo. Sin embargo, es muy necesario hacer un balance de su evolución sistemática y un estudio contrastado sobre su efecto. Pero no se ha hecho. En sus inicios se evaluó puntualmente en algunos centros pero fue algo muy parcial. No poder contar con un balance sólido de estos diez años es un déficit. También porque en algunos centros no se está impartiendo, es una asignatura obligatoria y esto no es apropiado.
Se ha impartido en Primaria y se ampliará a Secundaria. ¿Está lista ya para esta ampliación?
Es del todo necesario ampliarlo a Secundaria. Más aún por la sacudida propia de la edad de los alumnos y por el contexto tremendo en muchos ámbitos que están padeciendo nuestros adolescentes. Para este nivel y este momento tan importante de la vida hemos desarrollado el proyecto piloto ‘EmocreaS’, que se va a implantar de manera experimental en trece centros de Secundaria de Canarias. (sites.google.com/ ull.edu.es/emocreasecundaria).
«Para este nivel hemos desarrollado el proyecto piloto ‘EmocreaS’, que se va a implantar de manera experimental en trece centros de Secundaria de Canarias»
Emocrea habla de ‘bienestar personal y social’ y también de que ‘aprendan a ser felices’. La felicidad, ese ‘tabú’ que no se había contemplado antes en la educación, sólo objetivos cognitivos o de capacitación…
Están relacionados y son interdependientes pero no ofrecemos garantías sino herramientas para que los alumnos puedan lograr serlo. La felicidad es un aprendizaje y conlleva afrontar de manera resiliente las dificultades y aprender a gestionar las emociones en esta realidad tan convulsa que nos llega.
Hay que tener en cuenta que nuestra dotación emocional como especie es muy básica, funcional y está enfocada en la supervivencia. Miedo, rabia… Necesitamos las herramientas para lidiar con ellas, atravesarlas y alcanzar lo que llamamos el ‘bienser’.
¿No se ha implantado como tal en otras comunidades autónomas?
Pues no. La LOE contempla la educación emocional como materia transversal. Que se contemple es en cierto modo correcto, pero entiendo que la educación emocional es un fin y además de un aprendizaje requiere un camino, un entrenamiento. Canarias, en cambio, es pionera en tenerla y equiparada además con Matemáticas, Lengua o Inglés.
Hay dos tendencias educativas alternativas a la formal, Waldorf y Montessori. ¿Tiene EMOCREA influencia de alguna de ellas?
Más que inspiración hay un vínculo por el enfoque inicial del proceso de aprendizaje en ambas escuelas. Pienso que la realidad de la asignatura Emocrea responde de manera más pragmática al momento actual en el que la escuela y el hogar están desbordados.
¿Cómo se ha hecho para formar al profesorado? ¿Qué niveles de aceptación ha tenido en ellos?
Una innovación de este nivel ha supuesto un esfuerzo extra. Los nuevos docentes ‘maestros’ ya llegan con una materia de capacitación inicial desde la Universidad. A los que ya estaban en ejercicio se les ha facilitado un manual de fácil acceso que pueden descargarse en: emocrea-ull.com. A lo que hay que sumarle el compromiso y la implicación.
Se ha evidenciado la necesidad de un Emocrea para el profesorado, que tiene que poder gestionar sus propias emociones y bregar con la carga de las situaciones difíciles de sus alumnos. Y son los docentes más implicados y comprometidos los primeros que caen en desconexión emocional. Porque se ven sobrepasados por la alta empatía que conlleva su vocación.
En este sentido, este curso se va a implantar de manera experimental en varios centros del archipiélago el proyecto ‘Acompañamiento para la Mejora del Bienestar Emocional del Profesorado y las Familias’. Uno de ellos, en Lanzarote: el CEO Argana.