Se les conoce como buddha bowls. Un cuenco con alimentos saludables y mucho colorido que es el paradigma de la alimentación sana y consciente. Una tendencia que trasciende fronteras
Los buddha bowls son un fenómeno gastronómico que se ha consolidado en los últimos años como tendencia. Va mucho más allá de la simple ensalada por su diversidad y posibilidades e identifica un modo de vida que es tan internacional como intergeneracional. Su nombre, que evoca la imagen de un cuenco lleno hasta el borde, responde a una filosofía de alimentación consciente y equilibrada pero también muy actual y ‘urban’: reunir en un solo plato ingredientes que aporten energía, color y bienestar.
El concepto ‘healthy’ o saludable inspira especialmente una alimentación basada en vegetales, fresca y ligera. Pero cuando el calor se cayó del calendario, en otoño, esta tendencia cobra una nueva dimensión al incorporar productos de temporada. Es tiempo del Buddha Bowl templado.
Se trataría de combinar productos saludables pero no en su versión refrescante. Por ejemplo calabaza asada, dulce, cremosa y muy otoñal. Unas setas o champiñones salteados con ajo o hierbas; brócoli o coliflor al vapor, que aportan calor pero mantienen la textura; sumarle el toque dulce y la energía del boniato horneado o el de unas zanahorias asadas con un toque de miel y comino.
También vas a necesitar proteínas… Puedes incorporar o utilizar legumbres como base. Por ejemplo, garbanzos especiados al horno o lentejas guisadas ligeramente, que aportan calor y sacian. Para los veganos, tofu marinado y salteado. Para los que no lo son, huevos escalfados o cocidos a baja temperatura. El toque fresco, con semillas de granada, uvas, peras o manzanas. Aunque también éstas pueden estar asadas y las uvas, pasificadas. Otros ingredientes estacionales son granos como farro, quinoa o arroz negro, semillas de cáñamo o lino y salsas fermentadas o cremosas con base de tahini o miso.
La última evolución, una tendencia dentro de la tendencia, es aportarle superalimentos a tu buddha bowl templado. Ingredientes como la quinoa, las semillas de chía, el kale, los frutos rojos deshidratados o el tempeh, que refuerzan el valor nutricional del plato aportando un plus de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Su popularidad parece lejos de agotarse. Su capacidad de adaptación a cualquier estación del año, la facilidad con que se ajustan a dietas vegetarianas o veganas, y su conexión con la corriente de la ‘comida real’ los sitúan como una moda con futuro.